lunes, 27 de mayo de 2013

FAENAS INOLVIDABLES: PACO OJEDA EN EL PUERTO (15/08/1991)


Antes de ser "Rinconista" y "Morantista" fui "Ojedista". Aunque me pilló muy joven recuerdo grandes faenas del Maestro Paco Ojeda. La mejor, para mí, fue la que realizó en el Puerto de Santa María en la alternativa de Cristo González. La Diosa Fortuna quiso que en aquella fecha me encontrara veraneando en Chiclana y que mi padre me llevara a los toros a ver a mi torero.
Les dejo con la ficha de la corrida así como con la crónica que firmó Fernando Carrasco en el diario ABC.

(Si alguien tiene algun dato más de esta tarde, como el nombre del toro o algún documento fotográfico, por favor díganmelo)

Ficha de la corrida:
Jueves 15 de Agosto de 1991. Plaza de toros de El Puerto de Santa María. Casi lleno en tarde bochornosa.
Seis toros de Hermanos Peralta, desiguales de presentación, pobres de pitones y que en general mansearon. El primero fue devuelto y sustituido por uno de Gabriel Rojas, muy grande y sin fuerzas.
Paco Ojeda (blanco y oro (con remates rojos añado yo)): Estocada fulminante, dos orejas y rabo. Estocada caída y cuatro descabellos, ovación.
Espartaco (lila y oro): Dos pinchazos y estocada caída, ovación. Pinchazo y estocada, gran ovación.
Cristo González, que tomó la alternativa (blanco y oro): Cuatro pinchazos y dos descabellos, ovación. Pinchazo y estocada, palmas de despedida.
Entre las cuadrillas destacó un par de banderillas arriesgado de Javier García, que saludó.

PACO OJEDA, EN FAENA HISTORICA, ECLIPSO LA ALTERNATIVA DE CRISTO GONZALEZ EN EL PUERTO
El sanluqueño cortó las dos orejas y el rabo de su primero
El Puerto de Santa María. Fernando Carrasco
La alternativa de Cristo González en El Puerto de Santa María quedó totalmente eclipsada por la faena que realizó Paco Ojeda al segundo toro de la tarde, que le valió las dos orejas y rabo. El Sanluqueño volvió a ser el de antes, el torero revolucionario, y demostró en El Puerto que ahora es cuando hay que seguirle. Ni Cristo González ni Espartaco tuvieron material en la mansada que enviaron los Hermanos Peralta.

Paco Ojeda, posiblemente, realizó ayer en El Puerto su mejor faena desde que decidió reaparecer. Faena maciza, ojedista total y con una verdad tremenda. Eclipsó por completo la alternativa de Cristo González y evidenció que ahora es cuando hay que seguir al de Sanlúcar. Cortó las dos orejas y el rabo y salió a hombros por la puerta grande, una puerta abierta con justicia rotunda y aplastante.
La nota negativa hay que buscarla en los toros de los hermanos Peralta, muy desiguales de presentación, blandos, y que mansearon terriblemente. El primero fue devuelto incompresiblemente por esa mansedumbre, y en su lugar salió un toraco de Gabriel Rojas, que no tuvo fuerza. Espartaco se esforzó pero no tuvo material y Cristo González pasó al grado de matador de toros sin más.

La faena de la temporada
Paco Ojeda realizó ayer, en El Puerto de Santa María, su faena cumbre de esta temporada. Fue a su primer toro, el segundo de la tarde, de la ganadería de los hermanos Peralta. El de Sanlúcar lo lanceó con apreturas. Estuvo decidido a llevarlo al caballo, donde tomó sólo un puyazo. A la muleta llegó mirando al torero, pero Ojeda, enrachado, brindó al respetable, "sobó" al de Peralta y, a partir de ahí, todo fue un clamor.
La faena transcurrió en un palmo de terreno, ligando de forma portentosa, cargando la suerte y aguantando lo indecible en los pases de pecho. Así, hasta tres series diestras a cada cual más impresionante. Después, una al natural en la que el ligazón también fue la base principal, para continuar con un circular de espaldas y, sin moverse ni un ápice, hacer pasar a su oponente por donde el torero quiso. Faena de clamor, que demuestra encontrarnos ante un Ojeda de nuevo revolucionario. Se volcó, en la estocada, y justamente, le fueron concedidas las dos orejas y el rabo.
Si en su primero toreó como hace tiempo no veíamos, a su segundo, un manso con muchísimo peligro, lo sometió y estuvo por encima de él. Se frenó de salida, se negó a entrar al caballo y tuvo un peligro tremendo en la muleta, además de buscar desesperadamente las tablas. Ojeda, en plan novillero, y con unas ganas tremendas lo sometió y lo buscó por toda la plaza cuando su oponente se negaba a embestir.

Después de la faena de Ojeda, se puede decir que la tarde se acabó. Antes había abierto plaza un toro de los hermanos Peralta, con el que Cristo González debía de haber tomado la alternativa, pero que, incomprensible y antirreglamentariamente, el presidente devolvió por manso. En su lugar alió un "zambobo" gigantesco de Gabriel Rojas, que huyó del caballo, donde le dieron fuerte, y que llegó a la muleta con pocas fuerzas.. A las ocho menos veinticinco de la tarde Paco Ojeda, en presencia de Espartaco, hacía a Cristo González matador de toros. Este comenzó su faena con estatuarios y ayudados por alto, pero la faena pecó de garra y transmisión, puesto que el toro era noble pero no decía nada. El de Chiclana sacó algunos muletazos que se perdieron en el conjunto de la faena. Acabó con sus habituales manoletinas, pero estuvo muy mal con la espada. Fue ovacionado.
El último de la tarde se frenó de salida y llegó a la muleta parado, mirando al torero y sin embestir. Cristo González, voluntarioso por ser día tan señalado, alargó innecesariamente una faena que no tuvo razón de ser, puesto que no tenía oponente. Un pinchazo y una estocada sirvieron para que el público portuense le despidiese con palmas cariñosas.

Juan Antonio Ruiz "Espartaco"  tampoco tuvo material para el triunfo. Su primero salió manso, se quiso quitar el palo en el puyazo y apretó en banderillas. El de Espartinas, que brindó a Cristo González, no pudo construir faena, puesto que el de Peralta, parado y con pocas fuerzas, se defendía a base de gañafones y hachazos.
Mejor talante mostró el de Espartinas en su segundo, un toro al que se le pegó fuerte en una sóla entrada al caballo, de la que salió sin fuerzas. Espartaco toreando al hilo del pitón para no molestar a su aponente, realizó una faena de menos a más, con una primera parte más embarullada y una segunda en la que sobresalieron muletazos por el lado derecho, relajados y con temple, en los que hubo ligazón. Pero pinchó y todo quedó en una fuerte ovación.

Al final, Paco Ojeda salió por la puerta grande de la plaza de toros de El Puerto de Santa María.

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